A fin de abordar la amenaza del tabaco de manera más exitosa, ha habido esfuerzos importantes y globales para promover el control del tabaco. Una de las iniciativas centrales para ubicar los esfuerzos a nivel de país en el contexto mundial ha sido el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco (CMCT OMS), el cual entró en vigor en 2005 y proporciona un marco sistemático de obligaciones y guías correspondientes para lograr el éxito en el control del tabaco. La ratificación de este tratado internacional es voluntaria y se basa en el compromiso político de los países signatarios para desarrollar, implementar y hacer cumplir las intervenciones. Recientemente en 2017, el tratado tenía 181 Partes. Para muchos, el tratado proporciona una aceptación política eficaz para implementar medidas que constituyen un desafío político.
La implementación de medidas clave de reducción de la demanda para el control del tabaco (por ej., impuestos al tabaco; políticas libres de humo; disposiciones sobre embalaje y etiquetado; prohibiciones de comercialización; y programas para dejar de fumar) en su nivel de logro más alto, fue acelerada entre las Partes del CMCT-OMS de 2007 a 2014. La implementación efectiva de estas medidas se encuentra considerablemente asociada con una menor prevalencia del tabaquismo, lo cual normalmente lleva a reducciones considerables en la morbilidad y mortalidad relacionadas con el tabaco.
El control mundial del tabaco también encaja perfectamente en los esfuerzos generales de salud pública, por ejemplo, constituyendo un elemento principal en los esfuerzos de las Naciones Unidas para abordar las enfermedades no transmisibles (ENT) en todo el mundo. La Declaración Política de 2012 de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGA) reconoció la enorme carga de salud y económica de las enfermedades no transmisibles (ENT) sobre los hogares y las naciones, y acordó reducir las muertes de las cuatro principales ENT (es decir, cáncer, diabetes, enfermedad pulmonar y enfermedad cardiovascular). La Organización Mundial de la Salud (OMS) creó objetivos voluntarios para la prevención de muertes precoces debido a ENT, que incluyen una reducción relativa del 30% en la prevalencia de tabaquismo en adultos.
El control mundial del tabaco adquirió mayor importancia por medio de la integración del CMCT-OMS en los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] de 2015. Estos objetivos no solo reafirmaron el compromiso de los gobiernos soberanos de cumplir con la implementación del control del tabaco para la salud pública, sino también para el desarrollo sostenible. La planificación nacional para alcanzar estas metas para el año 2030 proporciona la oportunidad para que los gobiernos demuestren que reducir el consumo del tabaco es fundamental para alcanzar las metas de desarrollo y los empodera para incorporar las mejores prácticas de control del tabaco en muchas políticas relacionadas con el desarrollo, preparando el camino para una generación sin tabaco.